Hubo un tiempo en que era creencia popular pensar que el Proviron era un esteroide “antianabólico” – es decir, que reducía el efecto anabólico de los otros esteroides con los que se combinaba. Creo que el primero en popularizar esta teoría fue Dan Duchaine con su publicación “Underground Steroid Handbook II”.

En ella, Duchaine comenta que el Proviron por sí mismo tiene un valor anabólico muy reducido. Esta sustancia se une al receptor de andrógenos con una gran afinidad, por lo que Duchaine concluyó que la mesterolona actuaría, por tanto, como un agente bloqueador, incapaz de proporcionar un efecto anabólico notorio, y cuyo único efecto real sería prevenir que otros esteroides se unieran al receptor andrógeno (AR). La conclusión parecía lógica, pero la realidad es que la teoría de Duchaine no era del todo acertada.

Es cierto que el Proviron tiene un efecto anabólico poco notorio. Pero, los estudios que se hiceron en los años siguientes, sin embargo, dieron una explicación distinta a la de Dan. Se descubrió que la reducida potencia anabólica de la mesterolona se debía a que esta droga se metaboliza rápidamente a metabolitos (valga la redundacia) inactivos en el tejido muscular; cosa que no tiene nada que ver con la activación de los receptores o la transcripción.

Mientras que el Proviron podría unirse al AR de manera muy efectiva e impartir un mensaje anabólico normal a la célula; la realidad es que muy poca cantidad del fármaco real puede llegar a esta parte del organismo. Así que, en conclusión, el Proviron no es el agente antianabólico que se creía (a pesar de ser un anabólico muy débil). Esto nos deja con la otra parte de la duda: ¿Entonces puede incrementar la potencia anabólica de los otros esteroides?

La respuesta es que de alguna forma, sí; pero depende del contexto. El principal asunto que debemos tener en cuenta aquí es la elevada afinidad que tiene el Proviron a unirse con la Hormona Sexual Globulina Vinculante o Sex Hormone Binding Globulin (SHBG). La SHBG es una proteína que se une a los esteroides y temporalmente previene su actividad anabólica/androgénica, evitando que se unan al AR. Como se puede deducir de esto, cuando se consume un esteroide, este será más activo cuanta menos proporción de dicho fármaco se una a la SHBG.

Visto esto, como la mesterolona tiene una enorme afinidad por la SHBG (posiblemente más que cualquier otra sustancia) puede evitar que otros esteroides se unan a dicha proteína. Si se usa Proviron durante un ciclo, este evitará que los esteroides que se consuman se unan (en un %) a la SHBG; aumentando así el porcentaje libre (y por tanto, activo) de estos. Esto es, obviamente, lo mismo que Dan Duchaine propuso en un principio, pero con un objetivo y un resultado radicalmente diferente. La testosterona es una sustancia con la que se puede combinar el Proviron de manera satisfactoria, ya que tiene una afinidad notable por la SHBG.

Sin embargo, otros muchos esteroides se unen a la SHBG en un porcentaje mucho menor. Por tanto, dependiendo del ciclo que se haga y de las sustancias que lo conformen, el impacto del Proviron tendrá un efecto potenciador desde notable a poco significativo, o incluso, nulo.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad