Una investigación, realizada por científicos de Estados Unidos comprobó que individuos que ingieren calcio proveniente de leche y otros lácteos de bajo tenor de grasa pierden cerca de 69% más de grasa corporal cuando siguen una dieta hipocalórica (bajas en calorías) comparados con personas que siguen el mismo tipo de dietas pero no consumen lácteos con frecuencia.

La investigación de un científico que buscaba relacionar la influencia de una dieta rica en lácteos sobre la reducción de la hipertensión arterial fue el origen casi por casualidad de este nuevo descubrimiento.

El científico en un primer estudio constató que los individuos, estudiados durante 1 año y que consumían 2 yogures desnatados por día, no sólo consiguieron bajar la presión arterial sino también adelgazar; este descubrimiento suscitó nuevas pruebas e investigaciones, entonces empezaron con pruebas durante 6 meses y con 34 adultos con sobrepeso divididos en 2 grupos de dieta donde un grupo consumía 3 porciones de yogures diariamente y el otro que fue el grupo de control consumió sólo 1 yogurt por día.

Los individuos de los dos grupos recibieron dietas individualizadas que suministraban 500 calorías menos de las que consumían habitualmente.

El peso y la presión arterial fueron evaluados semanalmente y el análisis de la composición corporal fue realizado antes y tras las 24 semanas.

Los resultados del grupo de individuos que incluyó los 3 yogures diarios como parte de la dieta perdió significativamente más peso comparado con el grupo que simplemente redujo las calorias totales de la dieta; los que consumieron más yogures perdieron 22% más peso, 61% más de grasa corporal y 84% más de grasa abdominal durante el estudio de 24 semanas; después del periodo de observación todos los participantes habían adelgazado 8,5 kg en el primer grupo y 5 kg en el grupo de control.

Explicación de los resultados

Cuando la ingesta de calcio es deficiente, los niveles de una hormona, el calcitriol, se eleva; esta hormona tiene entre otras una capacidad de bloquear los mecanismos que causan la quema de la grasa y también activa los mecanismos que generan su producción y acumulación, es así que una dieta rica en lácteos afecta la forma en la que las células trabajan debido al aumento de la ingesta de calcio haciendo que estas almacenen menos grasa y activen los mecanismos por los cuales la grasa es utilizada en la producción de energía para el metabolismo.

Cuando existe una cantidad suficiente de calcio en sangre, los adipocitos (que almacenan la grasa) reciben un mensaje para disminuir la acumulación de grasa y aumentar su quema.

El hecho de reducir las grasas saturadas presentes en las versiones de leche grasas es un factor que posibilita un consumo más liberal de lácteos siempre comparado con las versiones medio grasas o desnatadas dependiendo de las necesidades y circunstancias de cada persona.

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