Se trata de una prueba con ratas, pero si las ratas del experimento se volvieron más musculosas y delgadas al tomar carbohidratos de digestión lenta, nos interesa saber todo al respecto.
Investigadores de la Escuela Médica de Harvard publicaron un llamativo estudio en 2004, en el cual reportaban los efectos sobre la obesidad de una dieta con baja carga glucémica. La dieta consiste básicamente en reemplazar los carbohidratos que llegan rápidamente a tu sangre en forma de glucosa –como el azúcar, la glucosa, el jarabe de fructosa, las patatas o el pan blanco- con «carbohidratos lentos». Estos se encuentran en productos de grano integral y en las legumbres.
Los investigadores querían determinar si una dieta de este tipo podría ayudar a la gente que se está volviendo diabética. De modo que engordaron a las ratas y entonces eliminaron quirúrgicamente el 60% de sus células productoras de insulina. En las gráficas inferiores la flecha indica el momento en el que la operación tuvo lugar. Después de la operación, los investigadores alimentaron a la mitad de las ratas con una dieta de alta carga glucémica (carbohidratos refinados y azúcares) y a la otra mitad con una dieta de baja carga glucémica (granos integrales).
Las ratas del grupo de baja glucemia (low-GI) podían comer tanto como quisieran; las ratas del grupo de alta glucemia (high-GI) fueron sometidas a una dieta estricta, pese a lo cual ganaban peso, de modo que los investigadores restringieron su ingesta a lo largo del experimento para asegurarse que ambos grupos mantenían aproximadamente el mismo peso.
Aunque las ratas del grupo de alta glucemia estaban a dieta y los del grupo de baja glucemia no, estos últimos animales ganaron menos grasa y mejoraron su masa magra.
Los niveles de insulina y de glucosa eran más bajos en el grupo de baja glucemia, y el nivel de adiponectina era también inferior. La adiponectina es una hormona secretada por las células grasas, y ayuda a los músculos a absorber más nutrientes de la sangre.