Los endocrinólogos
de Hull York Medical School
dividieron a doscientos hombres con
diabetes tipo 2 y un nivel de testosterona de menos de 12 nanomoles
por litro en 2 grupos. Un grupo recibió 15 gramos de proteína de
soja con 66 miligramos de isoflavonas [SPI] todos los días, la otra
mitad recibió proteína de soja sin isoflavonas [SP]. Dicha cantidad
de isoflavonas es significativamente alta.

Las isoflavonas de
la soja
ejercen un leve efecto anti-estrogénico, pero de acuerdo
con el forero medio, con dos batidos cualquier hombre podría
competir en la categoría de Bikini Fitness por sus efectos
feminizantes.; Extraño, pero en el maravilloso mundo del fitness tal
pensamiento no es inverosímil.

Resultados del ensayo

Tras 3 meses de
ensayo, los niveles de testosterona no cambiaron. sin embargo, la
sensibilidad a la insulina mejoró significativamente y la
concentración del factor inflamatorio PCR disminuyó… y
bastante.
Imagen 1: Cambios en los diferentes parámetros y
diferencias entre el grupo experimental (SPI) y el grupo de control
(SP) tras 3 meses de consumo. Clic en la imagen para agrandar.
Con
base en estos cambios en los valores sanguíneos, los investigadores
pudieron verificar que la administración de suplementos con proteína
de soja con alto contenido de isoflavonas disminuye el riesgo de
padecer enfermedades cardiovasculares.
La
suplementación con proteína de soja rica en isoflavonas mejoró la
salud a nivel cardiovascular de los sujetos, por otro lado, la
concentración de la hormona tiroidea inactiva T4 en la sangre de los
sujetos disminuyó considerablemente. Esto no tuvo consecuencias
metabólicas, porque la concentración de la hormona tiroidea activa
T3 se mantuvo estable. Sin embargo, aquellas personas con una
glándula tiroides débil, deberían mantenerse alejadas del consumo
de soja, especialmente de sus isoflavonas.
La conclusión de
los investigadores fue la siguiente:
En conclusión, la
proteína de soja con y sin 66mg de isoflavona por día durante 3
meses no tuvo efecto sobre los niveles de testosterona en hombres con
diabetes tipo 2, lo que confirma su seguridad.
Además, hubo
mejoras sustanciales tanto en el control glucémico como en los
marcadores de riesgo cardiovascular, incluidos los triglicéridos y
la hs-CRP, lo que se refleja en una mejora significativa de la
reducción del riesgo calculado de sufrir una enfermedad
coronaria.

Sin embargo, hubo un aumento importante de la TSH
con una reducción de la T4 libre después de un consumo de dosis
altas de isoflavonas de la soja, lo que sugiere un posible efecto
adverso de estas en la tiroides.

En resumidas cuentas, la soja puede ser
un alimento muy interesante para aquellas personas que quieran
mejorar su salud tanto a nivel cardiovascular como a nivel glucémico,
especialmente en aquellos sujetos que sufran de Diabetes tipo 2 y
seguramente también sea beneficioso en aquellas personas con
pre-diabetes.
Por últimos, para aquellos aliados de
porra
o para aquellas personas que sigan una dieta vegetariana, la
proteína de soja no es tan completa como se piensan muchos, y el
principal aminoácido limitante en esta es la Metionina [2], por lo
que si se consume, sería inteligente combinarla con alguna proteína
vegetal alto en dicho aminoácido, como por ejemplo la de los
cereales (la más común, la proteína de arroz).
Referencias
[1] https://academic.oup.com/jcem/article/102/2/425/2972077
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